CLAUDIA RUIZ

Mi trabajo explora la construcción de imágenes poéticas, principalmente a través del dibujo, que veo como un entramado de conexiones, coincidencias y relaciones entre fragmentos del mundo y mi percepción. Estos fragmentos son el punto de partida de mi creación, momentos que alteran mi percepción y se convierten en obsesiones que me permiten ver el mundo con una sensibilidad particular. Me atraen conceptos como lo efímero, lo pequeño y lo que está en los bordes, como el horizonte, que representa una línea visible pero ilusoria entre lo intangible y lo tangible. De estas obsesiones surgen imágenes, palabras e ideas que se ensamblan intuitivamente en mi obra, buscando resonar con mi forma de sentir el mundo. Mis dibujos son un juego que se despliega en múltiples niveles, moviéndose en límites borrosos y capturando la vida y, a veces, la muerte en fragmentos específicos.

Por un ecosistema creativo

HORIZONTES

La serie Horizontes explora la delicada frontera entre la vida y la muerte a través de líneas repetitivas que evocan la quietud y el peso del tiempo. Cada trazo mantiene un ritmo constante que se conecta con la cadencia de la respiración, es un paisaje visual en el que lo efímero y lo eterno se encuentran. Estas líneas serenas son una forma de escritura silenciosa que intentan capturar los momentos de despedida y contemplación; son una transición, un espacio en el que la vida y la muerte se rozan suavemente.
El horizonte es un espacio de espera y reflexión, en el que la ausencia y la presencia coexisten. Un monitor que marca el ritmo de una vida que se desvanece, las líneas se despliegan en la obra, estirando el tiempo y creando un momento suspendido que permite percibir tanto la proximidad de la muerte como la fragilidad de la vida.
La muerte no se muestra como un final abrupto, sino como un proceso silencioso y continuo que se insinúa en lo cotidiano. En estos trazos, el horizonte se convierte en un espacio de introspección; cada línea invita a reconocer lo inefable, aquello que no se puede nombrar pero se siente profundamente.
La repetición invita a una observación pausada, a encontrar en la aparente monotonía de los trazos una reflexión sobre la impermanencia. Aquí, los horizontes no solo evocan finales, sino también el valor de cada instante, de la vida que se sostiene a pesar de la inminente llegada de la muerte.

HORIZONTES

La serie Horizontes explora la delicada frontera entre la vida y la muerte a través de líneas repetitivas que evocan la quietud y el peso del tiempo. Cada trazo mantiene un ritmo constante que se conecta con la cadencia de la respiración, es un paisaje visual en el que lo efímero y lo eterno se encuentran. Estas líneas serenas son una forma de escritura silenciosa que intentan capturar los momentos de despedida y contemplación; son una transición, un espacio en el que la vida y la muerte se rozan suavemente.
El horizonte es un espacio de espera y reflexión, en el que la ausencia y la presencia coexisten. Un monitor que marca el ritmo de una vida que se desvanece, las líneas se despliegan en la obra, estirando el tiempo y creando un momento suspendido que permite percibir tanto la proximidad de la muerte como la fragilidad de la vida.
La muerte no se muestra como un final abrupto, sino como un proceso silencioso y continuo que se insinúa en lo cotidiano. En estos trazos, el horizonte se convierte en un espacio de introspección; cada línea invita a reconocer lo inefable, aquello que no se puede nombrar pero se siente profundamente.
La repetición invita a una observación pausada, a encontrar en la aparente monotonía de los trazos una reflexión sobre la impermanencia. Aquí, los horizontes no solo evocan finales, sino también el valor de cada instante, de la vida que se sostiene a pesar de la inminente llegada de la muerte.