PROXIMIDAD
En los procesos de trazado, las líneas hechas dividen los espacios para generar formas. Esta acción de trazar implica para el cuerpo moverse entre las líneas y nuevas formas creadas sobre el espacio. Así, el cuerpo que traza y el que mira o habita lo trazado, establecen una condición de proximidad con el dibujo. En esta relación cuerpo-dibujo, a través de intervenciones instalativas y con diversos medios, me interesa pensar con otros la proximidad: del trazado mismo, las líneas, los cuerpos y los tiempos de la acción sobre el espacio.  

ASÍNTOTAS
Nos acercamos, quizá infinitamente, pero existe siempre una distancia, una tensión, un espacio o tiempo que vibra entre nosotros. El concepto de Asíntota, como relación de dos funciones o líneas que se acercan infinitamente sin tocarse – cuya distancia tiende infinitamente a 0 – ha estado presente en mi trabajo desde hace varios años: a través de progresiones lineales y esfuerzos físicos de trazado sobre superficies planas y tridimensionales. La idea de que es siempre posible dibujar una línea entre otras dos sin que esta las toque, es una tentación del oficio de dibujo, del pulso y del dibujo reticular que me ocupa hace ya varios años. Sin embargo, la dedicación a unas piezas de trazado espacial para pensar el concepto de proximidad, han hecho que la fascinación y la tensión presente en el concepto de asíntota se hagan cada vez más fuertes.
Esta posibilidad de acercamiento y sus límites físicos plantean una tensión que me interesa explorar en el espacio mismo y en la relación que los cuerpos – en el tiempo – tienen con este. Así, esta primera configuración de formas asíntoticas propone la tensión desde un campo de fuerza de imanes, esferas de acero e hilos; a partir de un gesto repetitivo de líneas que se dirigen al mismo punto sin tocarse, permaneciendo en constante atracción y planteando un recorrido de detenimiento y observación a la tensión que las construye.